
EL ALIMENTO ES CUESTIÓN DE SOBERANÍA
11 junio, 2020La clase dominante a lo largo de la historia Argentina cultivó su poder en las riquezas de las tierras. Tironean de las riendas del Estado únicamente cuando buscan satisfacer intereses propios pero cuando los gobiernos ejercen el poder a favor de las mayorías, instintivamente espolvorean las banderas, repiten la palabra patria y arriman sus amenazantes 4×4 a la vera de la ruta. Probablemente, la intervención de la cerealera Vicentín marcará el principio del fin de una supuesta amigable relación entre las familias más poderosas del país y el presidente Alberto Fernández.

La puja entre el poder real y el Estado parece eternizarse en la Argentina. Por estas horas, es menester recordar que en la década del 90 la Argentina inició un camino de privatizaciones que abarcó casi la totalidad de las empresas que desarrollaban tareas de servicios y que trabajaban en la explotación de recursos naturales. Energía eléctrica, gasífera, petrolera, comunicaciones, ferrocarriles, telefonía, medios de comunicación y hasta la emblemática Aerolíneas Argentinas. Todo lo que podía generar rentas o ganancias había sido despojado del control del Estado. Cayeron en manos de multinacionales que como no podía ser de otra manera, solamente buscaban hacer sus negocios.
Durante los tres mandatos consecutivos del kirchnerismo, el Estado Nacional tomó la decisión política de recuperar siete empresas estratégicas. Néstor Kirchner reestatizó el Correo Argentino, Aguas Argentinas y Talleres Navales; y durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner se recuperó el control de Aerolíneas Argentinas, Fabrica Argentina de Aviones, YPF y Ferrocarriles.
Nunca Antes un gobierno ha sido gestor de una empresa multinacional con incidencia en la formación del precio de alimentos. En apariencia, y como parte de una estrategia de crecimiento post pandemia, el Gobierno Nacional tomó una decisión que seguramente traerá la ruptura de una falsa primavera entre los medios hegemónicos y el Presidente de la Nación. La grieta se ampliará y la cuerda se tensará entre los históricos propulsores del Libre Mercado, y un Estado que pretenderá trabajar a favor de las responsabilidades que le exige la historia.
En la primera aparición pública luego del anuncio de expropiación de la empresa Vicentín, Alberto Fernández afirmó en declaraciones radiales que no se podría perdonar “ver de brazos cruzados cómo la empresa se cae y la gente se queda sin trabajo», y señaló que, con la intervención, está «tratando de preservar la fuente laboral». Además dijo que está «rescatando una empresa» y advirtió que «cuando hablan de expropiación, lo plantean como si fuera una empresa próspera».
¿Qué es una expropiación?
Las propiedades privadas están protegidas por la Constitución Nacional, salvo en casos de interés público. Este interés público debe ser declarado en la ley de expropiación, que necesita de mayoría simple del Congreso para su aprobación.
El artículo 17 de la Constitución Nacional establece que “la propiedad es inviolable” y que “ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella”. Pero en el mismo artículo aclara que hay casos excepcionales: “La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada”. https://www.enre.gov.ar/web/bibliotd.nsf/58d19f48e1cdebd503256759004e862f/b04b5a2934b394ba0325688f00617f2f?OpenDocument#:~:text=Art%C3%ADculo%2017.,por%20ley%20y%20previamente%20indemnizada.
Desde el año 2015 el nuevo Código Civil y Comercial establece limitaciones al dominio privado en cuestiones de interés público. En definitiva, la expropiación no debe regularse como una relación entre privados. Requiere la intervención del Estado.

La empresa de alimentos Vicentín tiene una deuda total de 1.300 millones de dólares que en términos nominales se divide por mitades entre la Banca Pública Argentina y el sistema financiero internacional. Es archiconocido que la multinacional obtuvo créditos del Banco Nación durante el gobierno Macri por 300 millones de dólares de los cuales casi 90 millones fueron otorgados entre gallos y media noche durante la gestión de González Fraga días antes del cambio de mando. También, la empresa que pasará a manos del Estado argentino tiene deudas con el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Se hace difícil entender cómo la especulación financiera puede llevar a poner en quiebra a un negocio millonario cómo lo es el movimiento de granos en la Argentina.
En una entrevista a canal 3 de Formosa, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, afirmó que «a la Argentina le interesa la expansión de la producción» y aseveró que con ese objetivo se sostendrá a la intervenida empresa Vicentín, ya que es «muy importante salvar a una firma que juegue en este sector estratégico». También Basterra resaltó que con esta decisión la Argentina está «dando un paso hacia la soberanía alimentaria”.